Circulación y control de hemorragias. Cuando hemos terminado con la ventilación, determinaremos el estado de la función circulatoria. Para esto tomaremos el pulso, en alguno de los siguientes lugares, en la muñeca (pulso radial), en el cuello (pulso carotideo) y en la ingle (pulso femoral). Está comprobado que cerca del 60% de los integrantes del equipo de salud, tienen dificultades para encontrar el pulso en condiciones de urgencia, por lo tanto se puede evaluar los signos de circulación, estos son hablar, toser, moverse. Recuerde que un paciente, que esta respirando, necesariamente tiene su corazón latiendo, pero nunca encontrara el caso contrario, ósea que tenga el corazón detenido, y se encuentre respirando. Una nota aparte, si es posible encontrar a un paciente que no respira, pero que tiene el corazón latiendo, es por esto que usted debe dominar perfectamente las técnicas de la evaluación Ventilatoria y circulatoria. Si tiene dudas actué como si los resultados fueran negativos.
Se complementa la evaluación de la actividad circulatoria, determinando si el pulso es normal, lento o rápido. Para un adulto en reposo el parámetro circulatorio normal, es de 60 a 80 latidos por minuto.
Una vez finalizado la evaluación, proceda a controlar todos los puntos sangrantes que sean significativos, mediante las técnicas que se aplican para el control de hemorragias, y la aplicación de vendajes.
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